Desde que los cocineros del Triciclo y demás gente influyente del mundillo «foodie» comenzaran a mencionarlos con alabanzas en Twitter, la popularidad y la repercusión mediática de este pequeño restaurante del barrio de Moncloa-Gaztambide ha sido imparable, hasta el punto de «abrumar» a los propios dueños, que decidieron cerrar en plenas Navidades para darse un respiro, asimilar el éxito y, reflexionar sobre el modo en que pudieran optimizar sus productos y servicios.
A pesar de ser el fruto de un business plan iniciado hace ya dos años entre cocineros que son amigos y que vienen de sitios como Nikkei y Diverxo, y de haberse cocinado la idea a fuego lento, Nakeima ha nacido con un modelo en precario que busca la manera de hacerse funcional para ser viable y poder contentar a los clientes, que protestan porque no pueden entrar de lo lleno que está. Es por ello que está reorganizando carta y formato de servicio en una fórmula en la que, en ningún caso, se renuncie a la calidad del producto.
Qué bueno, por Dios!!! Estoy deseando ir!!!