ADELÁNTATE A LAS VACACIONES EN KULTO

Patricia Peyró @madridmuychic

¿Necesitas un anticipo a las vacaciones? ¡Sin problema! Hacer que el tiempo de espera sea más llevadero se podrá conseguir con una visita a Kulto, una fórmula gastronómica con origen en Cádiz y que puede ser ese adelanto a la cocina atlántica y con toques de fusión que estamos deseando disfrutar

Cádiz es uno de los destinos favoritos de los madrileños, y dentro de éste, Zahara de los Atunes, se encuentra en el Top Fav. Allí visitamos en su momento el restaurante Albedrío, que evolucionó después hacia Trasteo, y que desde hace poco más de un año, aterrizó en Madrid a través de Kulto de la mano de sus dueños Laura López y José Fuentes.

Presente, pasado y futuro de una cocina de fusión con origen en Zahara de los Atunes

(foto Kulto)

Definen su trabajo como una cocina a su aire, o a su libre albedrío y su lema es “In cook we trust”. Tras visitar su restaurante próximo al Retiro, nosotros ya confiamos ciegamente en ellos y en su fórmula de fusión y mestizaje de la cocina atlántica con otras propuestas allende los mares, con matices peruanos, asiáticos, morunos… Realmente no podría definir el tipo de cocina, pero sí afirmar que tiene una sólida base de cocina típica de la bahía de Cádiz y, sobre todo, de su pescado.

Más de uno ya anda contando los días que le faltan para irse de vacaciones. En Kulto podrán degustar un buen atún sin moverse de Madrid. (Foto Kulto)

El espacio se divide en dos plantas: abajo, una barra con unas mesas centrales y la barra para las propuestas más informales; arriba, el comedor del restaurante. El local resulta fresco y moderno, pero sin pretensiones. Ha sido decorado por Flavia Castaño y Jaime Matos, quienes hacen guiños al pescado en las «escamas» de sus paredes. Ofrece, además, como es la tendencia, una cocina abierta para que podamos ver a los cocineros en faena.

Tras meses queriendo ir, e intentando reservar sin éxito por dejarlo siempre para última hora, decidimos arriesgarnos a plantarnos allí y cenar en plan más informal en la barra, donde sólo tendríamos que esperar a un hueco para poder disfrutar, al menos, de un vino y de una pequeña muestra de su cocina. Sin ser yo mujer de bares, tuve que conformarme, pero lo hice bien a gusto tan pronto encontré una silla donde sentarme a disfrutar de lo que iba a ser una tapita y terminó convirtiéndose en una señora cena. Además no fuimos los únicos, porque el sitio se llena hasta la bandera, y hay una rotación constante. Se ve que es un local must-go para visitar (está claro), pero que luego se convierte en un sitio de repetición gracias a la excelente calidad de su cocina. Mis amigos del barrio del Retiro me ratifican que es así.

En la barra de la parte de abajo se puede estar muy bien. Arrancar con una caña siempre es una buena idea. En nuestro caso acompañada por una tapita de hummus (Foto Madrid Muy Chic)

Se pone hasta arriba tanto en el restaurante como en la barra. ¡Por algo será! (Foto Kulto)

Su carta para bar y sala son diferentes, siendo la primera un poco menos seria. Además tienen una pizarra en la que tienen otras propuestas. En todo caso el personal es muy amable y el camarero que nos atendió hacía alarde de una simpatía típica andaluza. Podéis ver la carta aquí. Para mi gusto es un poco corta, aunque también se podría aplicar aquello de “menos es más” o «lo bueno si breve…»

Os dejamos la crónica fotográfica de lo que probamos, todo tan rico que tenemos que volver a repetir.