ASIANA NEXT DOOR: LA VERSIÓN ASEQUIBLE E INFORMAL DE ASIANA

Por Patricia Peyró @madridmuychic

Cuando un restaurante continúa vivo después de casi diez años de vida, bien puede decirse que se ha consolidado, especialmente cuando vas a cenar un viernes por la noche y te lo encuentras lleno. Tal es el caso de Asiana Next door, la versión más informal de Jaime Renedo, un jovencísimo chef formado a lo largo de los años entre España, Estados Unidos y Perú, que en su día abriera Asiana apostando por la originalidad de la ubicación en una tienda de antigüedades orientales, animado por el mismo Ferrán Adriá.

Unos siete años después de haber cenado en Asiana, decidimos volver a visitar al todavía joven Renedo, con una fama renovada gracias a su futura boda con la actriz Natalia Verbeke, y esta vez lo hicimos a su versión más informal y económica «Asiana Next Door», creada posteriormente al original en una apuesta de formato mucho más asequible en cuanto a precio y disponibilidad, puesto que el inicial Asiana apenas contaba con unas cuantas mesas. Todo ello sin renunciar a la materia prima y a una buena elaboración, en una fusión de lo asiático con lo peruano y lo mediterráneo.

La versión low cost de Asiana no decepciona en cuanto a local, que tiene el encanto y la calidez de las maderas y de la iluminación tenue junto con cuadros y otros elementos decorativos que le dotan de autenticidad y carácter de taberna asiática. Eso sí, importante reservar en la zona «buena» que se encuentra al principio del restaurante, ya que la parte de atrás, en la que por desgracia nos sentaron sin posibilidad de cambio, está apartada y justo al lado de los baños, no siendo en absoluto agradable esta situación.

Sorprende una extensa carta y clasificada por varios apartados: «Finger food tapas», «Dumplings», «Cevichería»»Influencia asiática, peruana, mediterránea», «Sopas», «Thai currys», además de los «Sides» (guarniciones) y los «Postres». Una estructura que me recuerda mucho al formato americano que se puede encontrar en cualquier restaurante Thai de California, donde nuestro chef protagonista sin duda se nutrió de buenas ideas. Por contra, asombra una escasez de vinos que apenas se reducen a un par de tipos («De Valladolid», «Ribera» y «Rueda», según la propia mención de la camarera).